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Por: Olger Garcia Velazquez.
El pasado lunes 02 de febrero, cuando desprevenidamente nos disponíamos a iniciar labores cotidianas, llegó la infausta noticia que aquí en Cúcuta, a las 05:00 a.m., falleció Sixto Barriga Ibáñez, padre de Fernando Barriga Lemus -exalcalde de Convención, exsecretario de Cultura departamental y exgobernador (e); y hermano del escritor Alfredo Barriga Ibáñez, alguna vez columnista permanente de La Opinión, y hoy colaborador ocasional de la revista Imágenes.
Para quienes no lo conocieron la vida de Sixto Barriga Ibáñez tuvo varias facetas, prácticamente todas desarrolladas en Convención, su solar nativo al que se resistió a abandonar: docente, como la mayoría de los de su estirpe; administrativo, como secretario del Instituto Técnico Agrícola –ITA-; política, puesto que fungió dos veces como alcalde municipal, siendo la primera vez nombrado por el señor Gobernador –cuando se estilaba así-, y la segunda fue elegido popularmente, ejerciendo el cargo del 01 de junio de 1990 a mayo 31 de 1992, cuando el período era de dos años.
Más tarde fue asesor activo del Congreso de la República, donde culminó su brillante parábola vital.
Otra faceta que no podemos desconocer del difunto amigo es la de periodista, que se inició cuando en 1968, junto con otros inquietos intelectuales de la comarca –Aníbal Márquez, Ángel María López Vergel y Moisés Gutiérrez de Piñeres- fundaron el periódico Llamarada -“Un periódico al servicio de los intereses regionales, la cultura y el progreso de Convención”, faceta que se consolidó cuando, ya pensionado, se empleó a fondo para sacar adelante la emisora comunitaria Manantial Stereo, junto con el abogado Pedro Quintero Zapata y Vicente Rozo Bayona -sacerdote de la iglesia San José, de Convención, quien el 15 de agosto de 2005 fuera asesinado en la vía a Teorama por un grupo subversivo-.
En este empeño enfrentaron duras batallas: primero, con el Gobierno Nacional que parece que no quería impulsar las emisoras comunitarias sino las comerciales; segundo, con las agrupaciones que comúnmente se llaman “evangélicas”, que tampoco querían su aprobación porque tenían sus propias aspiraciones.
Finalmente, Sixto Barriga Ibáñez, aportando recursos económicos propios, y con la asesoría de su hijo Fernando, abogado de profesión, lograron la aprobación legal de la emisora.
Otro éxito que se apuntó Sixto Barriga Ibáñez fue el de ser cofundador de Teveconvención, lo que antiguamente se conocía coloquialmente como “parabólica”, y que ha permanecido en el tiempo y se ha fortalecido.
Bien, Sixto ya no está entre nosotros, pero tengo la plena seguridad que muchos seguirán la estela de buenas realizaciones que ha dejado, porque a su lado se formaron jóvenes que hoy, muy versados en tecnologías de la información, sobresalen en el periodismo activo y digital, defendiendo y promoviendo su terruño.
Sixto Barriga Ibáñez pudo decir como Horacio: “No moriré del todo”. Es verdad, porque aquí hay un amigo generoso que escribe una sentida oración panegírica con la pretensión justa que en la comarca respetarán los años y los siglos. Mi sentido pésame a Nubia Lemus -su esposa-, hijos y hermanos.
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